Hace unas semanas el escritor Pedro Mairal publicó en el periódico argentino Perfil un breve texto sobre trabajar en casa. De allí tomamos este consejo:

Primero, a la mañana bañate y vestite como si tuvieras que ver a alguien. La bata de toalla, las pantuflas, el día entero en calzoncillos frente a la computadora se notan en tus mails, en tus devoluciones, en tus informes. Si algún familiar llora o hace ruidos domésticos, lo lamento pero tiene prioridad. Podés pedir silencio, dar portazos, pero vos sos el culpable de estar invadiendo la casa con trabajo. No vayas sistemáticamente a trabajar al bar de la esquina; entre el cafecito, el agua mineral y el tostado, sumás unos 1.500 pesos por mes o más. Limpiá el escritorio, archivá papelitos. Llevá una buena agenda con los días que tenés para cada entrega, y dividite el día en bloques de dos horas para los distintos trabajos. Si podés, anotá lo que hiciste. De vez en cuando mirá tu historial de internet, andá en busca del tiempo perdido y morite de vergüenza al ver el árbol genealógico de tu navegación amorfa, narcisista y obsesiva.

Gracias @marturua por el dato.