Por Martina Rua * (Columnista invitada)

Ser trabajador independiente es genial. Pero también puede ser un bajonazo.

Hace días que vengo armando un post para Jomofis sobre algo relacionado a la importancia del trabajo colaborativo, del networking como única posibilidad para sobrevivir y vivir felizmente como trabajador independiente. Pero por alguna razón – por varias, ahora lo sé-  abrí y cerré el archivo una semana entera sin que me convenza lo que quería transmitir.

Después de rumiarlo un par de días, he aquí lo que pasa: No tengo ganas de hablar de eso, no tengo ganas de hablar de nada. Un pago que tenía que entrar no entró porque no entregué la factura a tiempo y la cuenta gritó ROJO apenas pasado la primera mitad del mes de noviembre que, si me permiten, lo rebautizaré como el Mes sin Fin.

Esto también es ser “solista”. No voy a contarles las magias que estoy haciendo y los rezos que estoy invocando porque no es importante, no viene al caso. Pero sí, ¡Oh descubrimiento! compartirles que hacer la plancha no está en el menú. Los que trabajamos muchos años en empresas sabemos que una mala semana, el malhumor o la falta de ganas se podía disimular detrás de un monitor, pero cuando somos nosotros mismos a los que debemos rendirnos cuentas al final de día, no podemos escondernos.

Festejo que no se pueda hacer la plancha y que si llega el malestar o el inconformismo o el cansancio o la angustia o el Mes sin Fin haya que seguir trabajando, escribiendo o sea lo que sea que hagan en su trabajo en casa.

Hace un par de semanas entrevisté al escritor Pedro Mairal para conocer cómo organiza su vida de trabajador independiente y en un momento de la charla mientras enumerábamos nuestras penurias bromeó: “Creo que ya me convencí de volver a una empresa”. No pasa nada. Bánquense los días malos (chotos). Banquémonos los días chotos. Son parte del viaje. Y en el medio del Mes sin Fin sigo convencida de que ESTO vale la pena.

También para bancar este tipo de momentos no tan plenos es que está bueno armar comunidad, pero eso ya es otro capítulo.